discriminación estructural y desigualdad social
La discriminación es estructural porque permea todas las maneras en que nos relacionamos, tanto en lo público como en lo privado. A lo largo de generaciones, ciertos colectivos se han visto marginados de manera reiterada; en otras palabras, el acceso a los derechos no ha variado de manera aleatoria, sino conforme a perfiles sociodemográficos. La complejidad del fenómeno es tal que no depende únicamente de decisiones conscientes o actos intencionales, sino que está inscrito en el funcionamiento cotidiano de nuestra sociedad y sus instituciones.
La discriminación suele ser entendida como un trato injusto de unas personas hacia otras, en virtud de la pertenencia de estas últimas a un grupo social sobre el cual existen prejuicios u opiniones sociales negativas. La discriminación no se restringe a las prácticas individuales, ya que tiene profundas raíces en un orden social e histórico que trasciende las conductas aisladas de las personas. Asimismo, la discriminación tiene consecuencias colectivas que van mucho más allá de las relaciones interpersonales, entre ellas la privación en el disfrute de los derechos y la reproducción de la desigualdad social.El carácter estructural de la discriminación
Tal como lo indica nuestra definición, las prácticas discriminatorias pueden ser informales o institucionalizadas, pero siempre ejecutadas por las personas a través de sus acciones y conductas concretas. En este sentido, se podría argumentar que la solución a la discriminación radica en un acto de voluntad de quienes la practican: si todas las personas adquirieran conciencia de la injusticia que subyace a las prácticas discriminatorias y actuaran en consecuencia, entonces lograríamos erradicar estas prácticas.
Aunque no existe duda que una forma de combatir la discriminación es promover la concientización y, con ello, movilizar las voluntades de las personas, la discriminación como problema social trasciende las voluntades individuales. Entender por qué la discriminación es un problema social y no individual es importante por dos motivos. En primer lugar, desde una perspectiva analítica, porque permite entender cuál es el papel de la discriminación, junto con otros fenómenos, en la generación y reproducción de las desigualdades sociales. Y en segundo lugar, desde el punto de vista de las políticas públicas, porque contribuye a identificar cuáles son los ámbitos institucionales y las esferas de acción para el desarrollo de políticas focalizadas de prevención y combate a la discriminación.
¿Cómo medir la discriminación? Las prácticas discriminatorias y sus consecuencias estructurales
el componente fundamental de la discriminación son las prácticas. Por tanto, los esfuerzos de medición de la discriminación deben orientarse justamente a identificar y caracterizar las prácticas discriminatorias. Las investigaciones que tienen como objeto las prácticas discriminatorias se pueden dividir por su enfoque analítico en aquellas que se centran en las dinámicas micro-sociales, meso-sociales o macro-sociales.1 Cada uno de estos niveles estudia distintas facetas o aspectos de las prácticas discriminatorias, se concentra en distintos indicadores y, por tanto, utiliza diferentes tipos de metodologías.
la discriminación a nivel micro-social suelen concentrarse en la caracterización de las motivaciones que subyacen a las prácticas discriminatorias a escala individual o grupal. El ámbito de interés principal de este tipo de investigaciones son los estereotipos, los prejuicios y las “razones sentidas” que subyacen a las prácticas discriminatorias. Como hemos señalado antes, este orden simbólico es una fuente importante de sentido y legitimidad para las prácticas discriminatorias, por lo que sin duda es un objeto de estudio relevante. Sin embargo, ya hemos comentado sobre las grandes dificultades metodológicas que conlleva identificar los estereotipos y prejuicios; lo mismo puede afirmarse para las motivaciones concretas que subyacen a las prácticas discriminatorias.
Los enfoques meso-sociales dirigen su mirada hacia las prácticas discriminatorias en contextos organizacionales específicos, por ejemplo, en el ámbito educativo, laboral, el acceso a la salud, el sistema judicial, etc. En términos generales, analizan “cómo la estructura organizacional y las prácticas influyen en los procesos cognitivos y sociales de los tomadores de decisiones (el papel de los procedimientos organizacionales y las iniciativas de la diversidad), cómo las prácticas organizacionales producen resultados dispares que pueden ser independientes de los tomadores de decisiones [...] y cómo las organizaciones responden a entornos sociales más amplios”.
macro-sociales que pueden ser estudiadas con un enfoque estadístico como el que describimos antes. En el mercado de trabajo, algunas de las consecuencias más importantes son la segregación ocupacional, la desigualdad de oportunidades de movilidad ocupacional ascendente, las brechas salariales y las diferencias en las condiciones de protección laboral. En el ámbito educativo, la discriminación puede tener consecuencias macro-sociales en las Discriminación estructural y desigualdad social desigualdades de aprendizajes y de progresión escolar, así como en la segregación de niñas, niños y jóvenes de grupos discriminados a ciertas opciones educativas, lo que produce una segmentación por tipo de institución educativa.
La desigualdad social, conocida también como desigualdad económica, es un problema socioeconómico producto de la mala distribución de la renta en el área social.
Desigualdad social es una expresión que refleja el trato discriminatorio que sufre un grupo de personas, pero favorece a otras clases sociales.
En general, la desigualdad social ocurre en los países subdesarrollados o no desarrollados, y que también puede presentarse en países con niveles altos de desarrollo, producto de la falta de educación, de mejores oportunidades en el mercado de trabajo y también por la dificultad de acceso a los bienes culturales o a los servicios sanitarios o a la educación que padece la mayor parte de la población.
La desigualdad social genera otros tipos de desigualdades como la desigualdad de género, desigualdad racial, desigualdad regional, entre otros.
Los ideólogos marxistas afirman que la desigualdad social surgió con el capitalismo, es decir, con el sistema económico que perpetró la idea de la acumulación de capital y propiedad privada, y que al mismo tiempo que incita el principio de mayor competición y distingue el nivel de las personas basado en el capital y su capacidad de consumo.
¿Qué implica?
Es por esto que en casi todos los casos la desigualdad social conlleva, además de una situación de marginación y aislamiento, el señalamiento de esos grupos sociales que se han visto afectados directamente por esta circunstancia. Quédate con esta idea y reflexiona cómo puede llegar a afectar este hecho a las familias con menores, porque hay mucho más que contar.
conclusión: Se trata de un patrón de alcance generalizado, puesto que se repite desde la familia y la escuela hasta el empleo y las instituciones públicas. La discriminación es estructural porque permite todas las maneras en que nos relacionamos, tanto en lo público como en lo privado. y de esa manera es como todos a veces hacen de menos a unos ya sea por cualquier aspecto.
REFERENCIA:
💤http://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/Discriminacionestructural%20accs.pdf
💤https://www.significados.com/desigualdad-social/#:~:text=En%20general%2C%20la%20desigualdad%20social,a%20los%20bienes%20culturales%20o%20a


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